domingo, 19 de abril de 2009

Curso en Canfranc Estación

Aï-Doï España



Los días 11 y 12 de abril hemos asistido al primer Stage de Aï-Doï en suelo español. Esta es una disciplina que nació en Francia a comienzos de los años 90 y que su difusión ha sido principalmente por la zona de la Europa Oriental.
Daniel Lazennec, fundador del método, nos contaba no hace mucho que su enseñanza se basa en los conocimientos del Maestro Kobayashi, del monje Kaïsen y en el Hatha Yoga
A partir de ahí, el Maestro Lazennec forma su escuela basada en tres principios:
1. Atención.
2. Gesto
3. Verticalidad.

La Atención, atención para se conscientes de nuestros actos y la importancia que imprimen.
Gesto de no violencia, atención a no generar semillas de violencia y en cuanto a la verticalidad, es la posición del depertar, de los depiertos, los Buddhas.

Comenzamos con un calentamiento, realizando movimientos del Hatha Yoga junto con masajes s dedos, todo ello principalmente en el tren inferior.
Una vez finalizado éste calentamiento comenzamos con las técnicas de agarres que si bien son similares a las del Aikido (recuerdese la influencia de Kobayashi), aquí los movimientos son en forma de espiral ascendente, a modo de torbellino. Se comienza girando sobre los dedos de los pies para ascender en vertical.


Mas tarde pasamos a realizar el trabajo con útiles. En ésta disciplina, el Aï-Doï, no se trabaja con armas puesto que es un Arte para la Paz (Aï-Doï, Consentimiento hacia la Unión), no para la Guerra. No esta pensado par a fomentar los espíritus guerreros.
No se trabaja con el Bokken ni el Jo, los útiles del Aï-Doï son en los hombres, un bastón de dos puntas que en una de ellas tiene forma del Kyosaku del Zen y en la otra del Jo. El baston del Despertar y el bastón del caminante.

La mujeres trabajan con abanicos (que me recuerdan las tradiciones orientales).
Hombres y mujeres trabajan juntos pues, pero por separado siguiendo el orden natural del Ying y el Yang.

En el mismo día, hubo una clase para los pequeños. Daniel les enseña la importancia del caminar, muy influido por el modo del caminar del Zen, así como de la expresión corporal, lo que dejamos transmitir a través de nuestra postura. “Vous êtes fatigué?”, pregunta Daniel con una franca sonrisa a un niño que se encuentra con los hombros hacia delante y la espalda curvada.

El último día, se vuelve a repetir un poco la enseñanza. Tras un calentamiento con sus respectivos masajes, se trabaja con los hakamas (equivalente a niveles superiores de las artes marciales, lo que sería cintos negros). El trabajo es mas intenso y luego terminamos con masajes mas enérgicos.

Por último citar la asistencia de practicantes de Aï-Doï de Francia y varias personas de éste lado de las montañas, todos ellos con enorme disposición para aprender, estamos de Villanúa, de Canfranc, Zaragoza e incluso un aikidoka romano practica con nosotros.
Agradecer la hospitalidad al Ayuntamiento de Canfranc, en nombre de todos: GRACIAS y especialmente a Roberto, si grande como judoka, mas todavía como amigo.

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